La España vacía se llena de ‘hipsters’. Un inversor holandés ha comprado una aldea gallega, en el norte de Lugo, a algo más de 10 kilómetros de la costa, para reconvertirla en un espacio de trabajo flexible. Estas 25 hectáreas de terreno que han adquirido un matrimonio de jubilado se convertirán en un ‘coworking’ rural gigante donde emprendedores podrán compartir espacios, ideas y proyectos.
El comprador, según Cinco Días, es un holandés residente en Berlín: Dennis Schep. Académico e investigador en reconocidos centros como la European Graduate School de Suiza o The Public School of Berlin, adquirió por 175.000 euros este pequeño pueblo deshabitado, desde hace más de 40 años, para crear en él un lugar de trabajo para intelectuales y perfiles humanistas, artísticos y culturales.
La aldea, que antes se le conocía como Ferreira, ha sido bautizada con un nombre mucho más ‘cool’: The Foundry. Este espacio contará con cinco edificios, entre los que se encuentran una capilla de 200 años que se utiliza como espacio para reuniones y eventos. Aún quedan arreglos por hacer, pero lo principal, como el agua, la electricidad o internet, ya están a pleno rendimiento.
El proyecto está configurado para acoger a quienes necesitan el espacio durante tres, cuatro o cinco semanas, en función de su situación y de sus proyectos. Por eso no hay nadie viviendo de forma continuada allí.
Si bien en España es la primera vez que se monta un espacio de estas características, en Francia ya se han llevado a cabo proyectos de este tipo, como por ejemplo en un antiguo monasterio entre Reims y Laon, al noreste del país, donde ya opera un centro similar. Gracias a estas iniciativas se ayuda a paliar, aunque sea de forma leve, las consecuencias de la despoblación y el abandono rural.
Fuentes:
Idealista.com, Cinco días